17 diciembre 2006

No darse por vencido (me quitas un conejo, pues creo un ratón)

Walter Elias Disney, a los diecinueve años trabajó con Ub Iwerks haciendo cintas publicitarias animadas. En 1922, Disney crea su propia empresa: Laugh-O-Gram Films, contratando a Iwerks entre otros, como Hugh Harman y Rudolf Ising. Empezaron con cuentos infantiles:

Little Red Riding Hood. 1922.


Cinderella. 1922.

En 1923 realizó un filme piloto: Alice in Cartoonland. Lo que no impidió que se quedara sin dinero y tuviera que cerrar. Sin embargo, esta película tuvo éxito y la distribuidora de Nueva York, Margaret J. Winkler, encargó a Disney la continuidad de la serie, Walter se asoció con su hermano Roy, y poco a poco los trabajadores de Laugh-O-Gram Films se unieron a él nuevamente.

Alice´s wonderland. 1923.

En 1927 apareció Oswald, el conejo afortunado, cuya distribución fue encomendada a Charles Mintz, -marido de Margaret Winkler-, apoyada por Universal (dirigida por Carl Laemmle), al tener éxito Mintz se hizo con los derechos del pesonaje, aunque como ya dijimos lo perdería ante Carl Laemmle.

Oswald, the lucky rabbit - On teacher.1927.

Tras perder a Oswald, Disney esbozó un ratoncillo, al que su mujer llamaría Mickey, mejor que el nombre sugerido por Walter, Mortimer. Así Disney elaboró el caracter del personaje y Ub Iwerks realizó el dibujo.
Mickey apareció por primer vez pilotando un avión, donde ya aparecía con su novia Minnie. Pero cuando verdaderamente triunfó fue cuando Walt sincronizó el sonido haciendo que todos los personajes bailaran perfectamente sincronizados con la música en Steamboat Willie, el corto que todos hemos visto en el que Mickey tripula un barco y Peg-Leg Pete le hace la vida imposible, aunque Mickey sabe arréglárselas, al igual que Walter.
Nombrar en este punto Carl Stalling, compositor de las primeras bandas sonoras de Mickey y Silly Symphonies. Aunque todos le recordamos por su impresionante trabajo con Warner Brothers.
Y así Disney fue creciendo, no todos compartían su filosofía de trabajo, ni estaban dispuestos a ser tan innovadores, por lo que fueron dejando la empresa, claro que Disney, que ya había aprendido la lección y nadie podría quitarle a Mickey continuó y en la década de los 40 ya tenía su propia escuela de arte donde formar a sus propios animadores.
No podemos olvidar el avance que supuso La Cámara Multiplano, que mostró su efectividad en El viejo molino y en Blancanieves.
Muchos fueron los momentos en los que parecía que los estudios Disney quebrarían, como el rodaje de Blancanieves o Fantasía, algunos como el primer caso, le reportaron beneficios, otros como el segundo, no. Pero aunque haya a quien no le guste, ahí está, congelado o no, pero permanentemente en el mundo de la animacion.

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