04 noviembre 2006

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Cierto que echo de menos tu mirada,
la sonrisa que me acaricia el alma,
la mano que me sostiene, el cuerpo que me abraza,
las palabras de alivio.
Los días abrasan y las noches se alargan,
el tiempo se detuvo pero el mundo siguió en curso.
Si brilla el sol, o llueve bajo la luna,
detalles sin importancia se hacen imprescindibles en la distancia.
Tu cielo, mi sueño.
Mi alma, tu casa.

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